Hola, de nuevo os enseño una labor de mi mamá.
Con restos de lana que teníamos por casa le propuse hacer unas pequeñas aplicaciones con la idea de unirlas y hacer una funda de cojín. Pero ella, que es un poco impaciente con las labores, pensó que lo mejor sería continuar la aplicación y hacerla a la medida del cojín.
He aquí el resultado con mi perrita que se ha adueñado de él.
Tuve que quitarselo para poder hacer las fotos, de ahí la malformación del cojín.
Aquí por un lado.
Y aquí por el otro.
Luego se lo devolví y me miró de esta forma como diciendo: ya está bien, no me molestes.